jueves, 20 de mayo de 2010

¿Qué es la inteligencia? y ¿Cómo podemos desarrollarla en el aula?

Cuando hablamos de ser inteligente, solemos confundirlo con otros dos conceptos que están, en parte, relacionados, la cultura y la listeza. Ser culto es tener interés y gran capacidad de memorización, almacenar un gran número de conocimientos; una persona lista es alguien hábil y pragmático socialmente, alguien espabilado. Ambos necesitan un cierto nivel de inteligencia para su desarrollo.

La inteligencia es la capacidad de relacionar conocimientos que poseemos para resolver una determinada situación. Si indagamos un poco en la etimología de la propia palabra encontramos en su origen latino inteligere, compuesta de intus (entre) y legere (escoger). Por lo que podemos deducir que ser inteligente es saber elegir la mejor opción entre las que se nos brinda para resolver un problema.

La inteligencia no es vista como algo unitario sino, por el contrario, como un conjunto de habilidades distintas e independientes (matemática, artística, musical…) que, aunque todos nacemos con unas potencialidades marcadas por la genética, se van a desarrollar de una manera o de otra dependiendo del medio ambiente, nuestras experiencias, la educación recibida, etc. Ningún deportista de élite llega a la cima sin entrenar, por buenas que sean sus cualidades naturales.
 
Sin embargo, cuando analizamos los programas de enseñanza que se imparten, vemos que se limitan a concentrarse en el predominio de las inteligencias lingüística y matemática dando mínima importancia a las otras posibilidades del conocimiento. Por lo que nosotras como futuras maestras intentaremos desarrollar cada una de ellas de una manera equitativa en cada uno de nuestros alumnos.

 
A continuación añadimos unos enlaces en donde nos explican diversas pautas a seguir para el desarrollo de las inteligencias múltiples y casos prácticos que se han llevado a cabo.


 

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